Deja de preguntarle cómo se siente, y aquello tan manido de “tenemos que hablar”. Tanto hablar, tanto hablar, los que más tocan los huevos con eso son los peores amantes. ¿No me digas que no lo sabías? Los juegos prohibidos son, como muchas otras cosas en la vida, cuestión de más acción y menos lengua. […]